--Acabo de terminar en el metro el poemario “El
cuadro del dolor” de Ana Castro, y me ha sorprendido, como un
primer poemario puede alcanzar una madurez poética, que en otros autores se
alcanza posteriormente.
--A lo largo del libro, el dolor, convertido
en personaje en sí mismo, comparte protagonismo con el yo poético, sobre todo
en la segunda mitad el poemario.
--Su escritura, en primera persona, es de
tipo confesional, moderna y cargada de lirismo. Se utiliza el verso libre con
fluidez y maestría, trasmitiendo esa sensación de autenticidad y/o verdad, sin
concesiones al dramatismo o la autocomplacencia, cualidad indiscutible de una
poesía de calidad.
En resumen, un libro de poemas que os recomiendo.