lunes, 23 de enero de 2023

Colaboraciones en  Revista conVersos


AGNUS DEI 

   

de bruces sobre el piso

en modo manso, pareciera

   

tú, reina albina de las pampas ascendentes

de los ríos de hormonas en columna

de las pupilas de arcangélicas visiones

 

tú, piedra-rosetta de los lienzos

 

ahí aguardas

leve sombra de un cuerpo memorable

al acecho; los dos ojos insolentes  

a la espera,

mientras vigilas:

si este andar ya no es el mismo                             

si se tropiezan las manos    

si los oídos sufren…

sabes bien que la compasión es mi saudade

mi concavidad, mi surco

 

a veces oigo el filo de un jadeo, imperceptible

parecieran rozarse, enamoradas

las ramas en el bosque

¡alza la cabeza,         

míra bien de frente                                           

vuelve la respiración-ganzúa hacia otro ingenuo                   

no me ofrezcas tu vientre al sacrificio                                      

 

que cierren esas cortinas

que insonoricen los campos

que un cinturón de espuma me silencie 

  

sólo SOY una hoja   

en la hamaca autista de la tarde

sin que el fogonazo de un ojo-inquisidor

haga la foto

 

 

 DIETA SALUDABLE  

 

es tontería ignorarlo

estoy hambrienta  

debiera comerme alguna fruta

eso es bueno, lo sé

siempre se dice la eterna letanía:

colesterol, sobrepeso, larga vida al cuerpo… sí

al body

que acompaña como puede, insensato

a esta cabeza aún en forma  -en cierta, al menos-

que pretende con fuerza

a toda costa, comerse a dentelladas

lo que resta

de

e s t o

 

 MATRIX

 

 

deliro en la noche del carbono y de las algas…        

por instinto                                   

sus filamentos se encadenan

 

en mí crecen miríadas de seres,  fríos y calientes 

 -criaturas futuristas-                                

todos ellos, frutos-jugosos-de-la-carne

se atropellan                                                                                               

 

a cielo abierto

entre el sexo musgoso del rocío            

la gran madre-bisonte viene a verme                     

ruge la pampa en sus flancos     

la luna orbita a su diestra                                                          

-daría lo que fuera por habitar en su lana-

 

presiento el punto rojo en la pupila    

 -como un virus-

me sumerjo en la hierba hasta los hombros     

lapiel de los reptiles se apodera de los vivos       

oh semilla-fogata-de-los-hombres

 -tan dulce, tan nueva-                                                                  

diademas de serpientes te coronan 

 

te despeño en los acantilados de la fiebre       

 

 

Marga Mayordomo

 

 

II 

 

aborigen de otro espacio      

dos alas radiantes te transportan

 

hoy es un día limpioy suave

sin embargo, los hipnóticos ojos del gallo, vigilan

los abalorios del pelo

van a saltar de un momento a otro    

el hombre guarda silencio

un sudorcongelado nos tirita de arriba abajo  

 

de rodillas

hincada, docilmente

entre sus piernas, comparezco

en el ojo del tsunami

ahí resisto                               

el azar

la providencia asecas

 

ninguno de esos cuervos ha sobrevolado la techumbre

 

me acurruco caliente, en la cobija

esperando la placenta… en el corazón de la casa 

junto al fuego 

están excavando un hoyo

 

 

 

III                

 

soy un charco de fiebre en un pasillo     

soy una atleta del tiempo                           

lo veo todo

esta cama me encasilla entre lo humano     

 

una nube de grullas se derrama en oleadas

soy una presa en su ojo inmóvil

permanezco ovillada como un  feto: 

El látex ha profanado el más tierno de los valles 

sin permiso                                                              

soy una pieza abatida

un cinturón de asepsia nos envuelve

 

la distopía se ha tragado al sol             

apenas se distinguen los brazos del abeto    

todas las lunas nos cabalgan

solicito una caricia, el magnetismo del tacto   

 

dos piedras me transportan a la jaula de las fieras    

los ciclos sobrevuelan por encima      

necesito aferrarme a la tierra mansamente  

hay un recién estrenado corazón                   

que (inconsciente) pide paso

 

 (A Silvia Plath)

 

 


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