Ayer en el “Día de las escritoras”. Acto de la ACE a favor de las mujeres afganas. Se debatió sobre su situación bajo los talibanes. También escuchamos bellísimos poemas de amor idealizado o soñado sobre imposibles amantes:
-Junto
a las flores descansa mi amante /cubierto por el rocío de mis dulces besos.
-¡Reúne
leña y haz un gran fuego! / Pues acostumbro a entregarme a plena luz.
-Tenía pulseras, no me las he puesto. / Desde ahora recibiré a mi amante con los brazos desnudos.
Aquí mi paseíto de los domingos, por este faraón de los mercadillos, que los del Foro llamamos El Rastro. Camino por esta multirracial alfombra de gente, en eterno errabundeo a la caza de algún tesoro, no sólo por Curtidores, visitada por los más guiris, sino por los alrededores: pl. General Vara de Rey y callejuelas aledañas cada vez más florecientes, que se niegan a olvidar a los antepasados que ya las frecuentaban con sus puestos desde hace más de 400 años, que se dice pronto. Hoy conseguí un buen trofeo, una camisa de pura seda color cereza, que es de chico, pero que queda preciosa, ablusonada a lo garçon. Me despido de esta barriada callejera con la nota culta de los versos del Gran Salomón: “No se fijen en mi tez morena: he sido tostada por el sol”. “Soy morena pero hermosa”.
